jueves, 31 de enero de 2008

Perfil del cargo de aposentador (logístico)

Perfil del cargo de aposentador (logístico) de Velázquez en la Corte

No es necesario insistir sobre la importancia de la logística en esta entrada dedicada a Velázquez. El Diccionario enciclopédico de estrategia empresarial así lo reconoce dedicándole una entrada específica, a la que dirigimos al lector para una mejor comprensión de lo que significa la desconocida, hasta ahora, profesión de Velázquez como aposentador mayor de la Corte. La aportación del libro citado más arriba, nos describe, con minuciosidad, entre otras cosas, los quehaceres del Velázquez aposentador, que hace clara la definición de la logística como el arte de abaratar los costes. Para ello Velázquez reunía unas cualidades innatas para el puesto: una preparación multidisciplinar, como diriamos ahora. La logística en manos de Velázquez se manifiesta como una herramienta que utiliza con mano hábil y trabajo concienzudo, que conseguía que cada cosa estuviera en el lugar oportuno y en el momento oportuno.

Según se demuestra en la investigación citada, Velázquez, para poder ejercer en este puesto tenía que llevar a cabo las funciones directivas que ahora reconoceríamos como de una auténtica dirección general en una empresa. Los documentos utilizados para la investigación por Javier Cordero y Ricardo J. Hernández presentan una catarata de datos que para Velázquez resultaban esenciales. Entre estos documentos figuraban las cédulas de aranceles de precios. Estos documentos fijaban un precio máximo para cada mercadería, materia prima, producto elaborado o servicio, salarios, jornales o alquileres de medios de transporte de personal o mercancías alrededor de la corte española. El Velázquez aposentador o logístico que nos interesa, debió realizar muy frecuentes presupuestos antes de ordenar los correspondientes acopios de personal, materiales, transportes en los desplazamientos de los reyes o en la organización de actos públicos presididos por éllos, desde las corridas de toros en la Plaza Mayor de Madrid hasta ceremonias pseudo-inquisitoriales como los autos de fe.

La compleja administración de la corte española del siglo XVII, necesitó de un buen número de auténticos profesionales que llevaran la organización burocrática estatal, iniciada por el Emperador Carlos V y luego impulsara, de manera importante, el conde-duque de Olivares, con quien colaboró Velázquez. Resulta sorprendente la pulcritud con que trataban los asuntos de gestión en la corte de los Austrias: control presupuestario, auditoría contable, aprobación de gastos y proyectos, planificación de frecuentes operaciones logísticas, para satisfacer las cada vez más exigentes necesidades de los servicios públicos.

El cargo de aposentador se define como el que prepara las posadas a la compañía del Rey. Se encargaba de buscar alojamiento al séquito de los soberanos o a los funcionarios públicos durante sus traslados. La calidad del puesto se pone de manifiesto no sólo por las responsabilidades que le corresponden, sino por el sueldo y las ventajas recibidas en especie. Un órgano importante de la responsabilidad de Velázquez lo constituía la llamada Junta de Aposento. Este órgano era una especie de tribunal formado por otros aposentadores, un fiscal, un secretario, dos contadores con asiento en el tribunal, un agente fiscal, un oficial de secretaría, un procurador, un portero, un alguacil y un escribano. La Junta se reunía en la casa del aposentador mayor tres días a la semana, los lunes miércoles y viernes por la tarde, durante dos horas, y su función consistía en conservar, administrar y distribuir la Regalía de Aposento, es decir las múltiples propiedades inmobiliarias de la Corona. La renta de todo este patrimonio alcanzaba importantes cantidades cada año. Sería como administrar una importante organización financiera de nuestros días.

Sus tareas incluían, asimismo, la supervisión de la limpieza llevada a cabo por los barrenderos en todo el palacio, sus patios y escaleras; la responsabilidad sobre el estado y cantidad de todo el mobiliario de madera de los aposentos reales; la logística protocolaria del trono o silla en la que había de sentarse el Rey; la organización formal de la audiencia cotidiana del mayordomo mayor; tener a su cargo la bujería de cámara, su cuidado y reparación; comprar, hacer acopio, almacenar, controlar el gasto y la oportuna reposición de leña y carbón, etc. Por ejemplo, en le caso de un desplazamiento real, Velázquez tendría que ocuparse de planificar: la ruta a seguir, las etapas a cubrir en cada jornada, los medios de transporte necesarios para mover los enseres que precisaba la más alta dignidad del reino en cualquier lugar al que acudiese, los enseres y mobiliario para comidas o cenas, vajillas, cuberterías, ropa de cama y mesa, adornos, tapices y objetos de decoración, contenedores para transportar alimentos, agua o vino, transporte de leña, retretes y la supervisión previa de los alojamientos reales y su aislamiento.

Una de las últimas actividades profesionales como aposentador, seguramente la más importante desde el punto de vista histórico y profesional, fue la organización del encuentro de los reyes de España y Francia para la firma de La Paz de los Pirineos. Este acto se llevó a cabo en julio de 1660 en la Isla de Los Faisanes, en el río Bidasoa, cerca de Fuenterrabía. Uno de los contenidos de este acuerdo fue el tratado de capitulación matrimonial de la hija de Felipe IV, María Teresa, con Luis XIV de Francia. La preparación logística de este encuentro significaba conducir, desde Madrid hasta Fuenterrabía, a un séquito constituido por la totalidad de los altos dignatarios de la corte del rey de España. A grandes rasgos, Velázquez debió ocuparse de la planificación, organización y control de los aposentos reales en cada plaza del recorrido que hiciera la corte, la selección del personal que debía viajar hasta Fuenterrabía, equipamiento, transporte de personas y materiales, acopio de enseres y mobiliario, muchos de éllos fabricados especialmente para esta ocasión, trazado de rutas de ida y retorno desde Madrid a Fuenterrabía, elección de las localidades por las que debía pasar el monarca, en qué ciudades almorzaría y en cuáles pernoctaría, preparación de los agasajos protocolarios en cada una de ellas y la construcción y decoración de la parte española del edificio sede de la cumbre hispano francesa en la isla de Los Faisanes, levantada expresamente a tal efecto.

Según testimonia la documentación manejada por Cordero y Hernández, el último cometido de Velázquez como aposentador resultó de total satisfacción de Felipe IV, aunque la gran responsabilidad y esfuerzo que le exigió este importante acto, acabo por empeorar, aún más, su ya quebrantada salud. Falleció aquel mismo año de 1660.


Tomado del Diccionario Enciclopédico de estrategia empresarial. Francisco J. Manso. Edit Díaz de Santos, Madrid.


Inicio Estrategas

Repercusión de la profesión de aposentador (logístico)

Repercusión de la profesión de aposentador (logístico) en la vida de Velázquez

Velázquez, de origen humilde, alcanzó la hidalguía y el título de Caballero de la Orden de Santiago, no tanto por su actividad como pintor de la corte, como por esta otra profesión que tanto nos sorprende de aposentador o logístico de palacio. Esta desconocida faceta de Velázquez esta corroborada por centenares de documentos, que figuran recogidos en el libro que venimos comentando, especialmente correspondientes al periodo de tiempo que va desde 1652 a 1660. Documentos que reflejan aspectos contables, presupuestarios y de pagaduría. Estos documentos demuestran que sus ocupaciones diarias en la corte sólo le permitían dedicarse a los pinceles en momentos muy determinados de horas libres.

Resulta sorprendente que después de más de cuatro siglos transcurridos desde el nacimiento del pintor de cámara del penúltimo de los Austrias, descubramos unas capacidades extraordinarias e inesperadas en Velázquez. Pero el hecho es que el cargo de aposentador o logístico fue el que, en realidad, determinó su brillante carrera en la Corte, propiciando que Don Diego se dedicara a la pintura por puro placer, especialmente en la última etapa de su vida, que es cuando se producen sus mejores obras pictóricas. Precisamente, su profesión de aposentador le proporcionaba unos ingresos muy superiores a los que le asignaban como pintor de la corte, que según se desprende de la investigación, no eran superiores a las de un barbero de la Corte.

En definitiva, el importante estatus que llegó alcanzar Velázquez en la corte de Felipe IV se debió a desempeños profesionales al margen de la pintura, como reconocimiento a su talento y creatividad en el desempeño de sus tareas palaciegas de aposentador durante más de treinta años que pasó en la corte de Madrid, desde que llegó en 1623.

Velázquez un logístico en la corte de Felipe IV

Velázquez, Diego Rodríguez de Silva


La nueva y también no menos brillante profesión de Velázquez: logístico ©(IV:13)

Efectivamente, se trata de famoso pintor sevillano que todos conocemos y al que ahora tendremos que añadir otra profesión, ejercida con no menos talento que la otra de pintor que le dio tanta fama: logístico. Incorporar a Velázquez, conocido como uno de los grandes pintores consagrados, en un Diccionario de estrategia empresarial constituye una verdadera novedad.

Recientemente ha aparecido un libro que nos descubre un Velázquez inédito, gracias al importante trabajo de investigación llevado a cabo por Javier Cordero y Ricardo J. Hernández. La sorpresa comienza con el título del libro: Velázquez un logístico en la corte de Felipe IV, (editorial Díaz de Santos, Madrid 2000). Evidentemente, presentar al pintor Velázquez como logístico resulta cuando menos chocante, especialmente sí, como corresponde, situamos al personaje en pleno siglo XVII. La conclusión a la que llegan los citados autores de esta interesante obra es que la logística tiene una importante deuda con Velázquez aposentador (logístico), profesión que desarrolló con tanto empeño y maestría.

Dice Antonio Ballesteros, presidente del Centro Español de Logística, en la presentación del citado libro: “Tras el bordado telón de sus afamadas pinturas, [Velázquez] aparece un esforzado profesional, un directivo con un fascinante curriculum, en el que se hallan suficiente número de elementos o facetas –a modo de organización matricial-- para que muchos nos sintamos identificados con él”

Sevilla, donde nace Velázquez en el año 1599, fue durante algún tiempo, además de capital del imperio español, su centro logístico. En ese entorno, Velázquez debió heredar muchas de las habilidades que luego le fueron tan útiles en la corte de Madrid. Durante ese periodo, Sevilla fue un gigantesco parque logístico receptor-distribuidor de todo tipo de productos: azucar, perlas, tabaco, plata, oro. El joven Diego tuvo ocasión de ver y vivir el trasiego y organización de los muelles fluviales del Guadalquivir. Velázquez se traslada a Madrid en 1622 cuando aún no había cumplido los veintitrés años, con la ayuda de su suegro Pacheco y del conde-duque de Olivares.

Un sublime marchante en escultura: Diego Velázquez

A su cualidad de pintor universal Diego Velázquez puede añadir la de su sabiduría en el arte escultórico, más la condición de agente artístico y diplomático de admirable desenvoltura.
Así lo pueden comprobar hasta el mes de febrero los visitantes que acudan a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la calle de Alcalá, 13. Su planta baja alberga una exposición de documentadas esculturas clásicas, adquiridas durante el segundo viaje del artista sevillano a Italia, por cuenta del Rey de España Felipe IV, desde el fin de 1648, en que partió de Madrid, hasta agosto de 1651, fecha de regreso a Barcelona. Comisariada por José María Luzón y su equipo, la exposición fue inaugurada ayer por César Antonio Molina, ministro de Cultura.

No hay precedente de un evento que ilumine en tan gran medida una faceta de la vida del artista sobre la que se proyectaban, aún, sombras de desmemoria o ignorancia. Hasta Italia se había desplazado el, desde 1642, flamante superintendente regio Diego Velázquez, con la encomienda del monarca de allegar arte suntuario para la Corte de Madrid, alojada entonces en el añoso Alcázar de los Austrias, donde hoy está el Palacio Real.

En menos de dos años Velázquez recorrió la Península itálica; pese a su envidiable talento evitador de celos de otros artistas, trabó relación con escultores, fundidores, formadores, broncistas; amén de diplomáticos, burgueses, nobles, cardenales y un Papa muy feo, Inocencio X, de la familia Pamphili, al que además retrató en inmortal lienzo; mantuvo también discretos amoríos con una dama de la que tuvo un Antoñito, muerto prematuramente a los nueve años; y, con todo, trajo a España casi un centenar de piezas de estatuaria clásica y renacentista, para decorar las salas Ochavada y de los Espejos del viejo palacio.

"Hoy sería casi imposible hacer tantas cosas y tan bien hechas como las que hizo entonces en Italia", explica José María Luzón con una sonrisa. El académico ha restañado las heridas que sobre las estatuas traídas por Velázquez causaron el fuego, primero, con el incendio del alcázar en 1734, y la ignorancia después, por la pérdida de las claves para interpretar su valía.

Porque Velázquez, con finísima mirada, se adentró en las villas de los Médici, Borghese, Farnesio y Ludovisi; conversó con las grandes familias prohispanas de Venecia, Módena, Nápoles y Roma y fue autorizado por ellas a copiar en yeso o fundir en bronce los mejores tesoros escultóricos que el Renacimiento había rescatado de las ruinas y guiado hasta sus jardines y quintas.

Con la ayuda del agente Juan de Córdoba y el amparo de embajadores como el conde de Oñate, en Nápoles, y del marqués de Fuentes, en Venecia, Velázquez consiguió para Madrid un duplicado cabal del mejor arte de Grecia y de Roma interpretado por los cinceladores renacentistas y lo llevóa allí con la diligencia de su serena personalidad.

Con tal arte nació la Real Academia de San Fernando en 1744 y de su belleza bebieron sus promociones, aunque de las 35 grandes piezas allegadas por Velázquez, íntegramente sólo quedan 13, dispersas por el Prado, el Palacio Real y la propia Academia, que ahora las ha reunido.

Madrileños y forasteros pueden ahora apreciar el gusto exquisito del pintor de los pintores no en dos, sino en tres dimensiones: en estatuas ciclópeas, como el Hércules y la Flora Farnese, que jalonan con majestuoso porte la propia entrada a la Academia tras una restauración in situ premiada por su bella hechura; en Sileno, Nióbide corriendo, el Hermafrodita... yesos o bronces fundidos en 1651, por Matteo Bonucelli o Cesare Sebastiani, muestran la espléndida selección.

Dada la delicadeza de su gestión, nada impide conjeturar con base que su misión sirvió para prolongar la hegemonía aúlica hispana en Italia. Y ello sin litigar con nadie, más bien tendiendo amistosos puentes.

15-12-2007
Fuente: El País

Todo por Diego Velázquez

Todo por Diego Velázquez
Fecha: Cultura Hora: 2007-11-19 Publicado Por: Por:

--------------------------------------------------------------------------------

El Museo del Prado celebra su 188 aniversario con una exposición dedicada al artista que mejor encarna su identidad, Diego Velázquez, del que muestra la faceta de pintor narrativo en "Fábulas de Velázquez". La muestra fue inaugurada por los reyes de España.

La exposición exhibe 28 pinturas del maestro sevillano, doce de ellas prestadas, entre las que se encuentra la emblemática "Venus del espejo", junto a 24 obras de otros dieciséis artistas. La muestra comienza con "Cristo en casa de Marta y María" y acaba con "Las hilanderas", obras "complejas y singulares que tienen mucho en común", ya que lo que las convierte en pinturas de historias está al fondo, en un segundo plano y, en ambas, Velázquez hace un homenaje a la tradición histórica, destacó el comisario de la muestra, Javier Portús.

"Las hilanderas" se exhibe, gracias al montaje realizado en su estado original, al dejar ocultos los añadidos que se hicieron en diferentes épocas y que alteraron la lectura formal del cuadro, revelándose ahora como una obra que pertenece a una nueva realidad.

Las pinturas de la muestra reflejan el camino recorrido por el artista desde 1618 hasta antes de su muerte, "unos años en que avanzó mucho pero también retuvo mucho", según el comisario.

Para dividir este periodo se han marcado tres espacios a través de tres colores diferentes. El primero muestra al Velázquez naturalista, "lenguaje que sabe adaptar y con el que demuestra que se puede actualizar el mito antiguo, como hace en ´Los borrachos´". El segundo periodo es el del Velázquez clasicista de su viaje a Roma y el de las obras religiosas pintadas cuando regresó a España. El tercer espacio acerca al espectador al Velázquez más cortesano, que se empapa de las colecciones reales y que se abre al color.

Portús tuvo palabras especiales para "La Venus del espejo", a la que considera una pintura "absolutamente singular desde todos los puntos de vista. Obra maestra con calidad estética y original composición". Esta obra es uno de los atractivos de la exposición, ya que es una de las más emblemáticas del maestro sevillano que se conservan fuera de España, en la National Gallery de Londres. La pintura fue exhibida por última vez en el Museo del Prado en 1990, con motivo de la antológica dedicada a Velázquez.Las obras seleccionadas para "Fábulas de Velázquez" permiten además de explorar su faceta como pintor de historia, apreciar el contexto creativo en el que realizó algunos de los trabajos más significativos de su carrera.

La exposición supone un claro progreso en el conocimiento de Velázquez y sus experiencias narrativas y abre nuevas vías para el futuro, según Miguel Zugaza, director del Museo del Prado, para quien, recordando al filósofo José Ortega y Gasset, el maestro sevillano representa la primera gran revolución en la pintura occidental.La muestra se centra en una nueva forma de creación que no había sido aislada antes en una exposición, señaló Zugaza, quien agradeció la generosidad de los préstamos y, en especial de la National Gallery, que ha proporcionado al Prado "lo que al museo le falta de Velázquez".

La institución londinense ha cedido tres pinturas que visitan el museo madrileño por primera vez: "San Juan Evangelista en Patmos", "La Inmaculada Concepción" y "Cristo después de la flagelación o Cristo atado a la columna".Estas pinturas, junto a las que atesora El Prado "Cristo Crucificado", de Velázquez, y la escultura "Cristo yacente", de Gregorio Fernández, "forman uno de los espacios más emocionantes de la exposición", según Zugaza, quien ha montado la muestra delante de "Las Meninas", obra "multigenérica" que cierra la exposición.

El director adjunto del museo, Gabriele Finaldi, sostuvo que la sala donde cuelgan "Las Meninas" es el "templo sagrado de Velázquez", en el que todas las pintura son retratos, género que domina la obra del maestro, como demuestra el que de las 130 que se acepta que fueron pintadas por su mano, casi 100 son retratos.

La Fábula de Arachne (Las Hilanderas)



The Fable of Arachne (Las Hilanderas)
c. 1657
Oil on canvas, 220 x 289 cm
Museo del Prado, Madrid

Uno de los más famosos de los cuadros de Velázquez, y un ejemplo de su gran obra mitológica, es La Fábula de Arachne (Las Hilanderas), también conocida como La Tapestry Tejedores o El Spinners. Fue pintada para el rey no, pero para un patrón privado.

La historia mitológica de la contienda entre la diosa Atenea (Minerva para los romanos) y de la mujer mortal Arachne es tal vez mejor dicho por el poeta romano Ovidio en su Metamorfosis (Libro VI). Según Ovidio, Arachne vivido en el país de Lydia (que tiene una legendaria reputación de producir algunos de los más espléndidos textiles en el mundo antiguo), donde se convierten en uno de los mejores tejedores conocido jamás. Arachne fue, de hecho, tan expertos en la que el tejido se convirtió en arrogante, y afirmó que su capacidad rivalizaba que de la diosa Atenea. Athena, como la deidad patrona de los tejedores y todo un tejedor logrado ella misma, de inmediato tomó nota de Arachne, y viajó a Lydia con el fin de enfrentar los jactanciosos mujer. Existe la diosa asumió el disfraz de un viejo campesino, y advirtió suavemente Arachne no para comparar sus talentos a los de un inmortal; Arachne simplemente desestimó este reproche, y por lo Athena se vio obligado a aceptar el reto de la mujer mortal.

Que cada uno de competir por la creación de un tapiz. Athena wove su tapiz con imágenes que predijo el destino de los seres humanos que en comparación con las deidades, al tiempo que le dijo a Arachne del tejido de los amores de los dioses. Tal fue la habilidad Arachne que su trabajo equivalía a la de la diosa, y Athena, abrumado por la ira, la golpeó repetidas veces desventurado mujer. Aterrorizada, Arachne colgado a sí misma, pero Atenea transformó a la mujer en una araña que rápidamente scurried off. Por lo tanto, este cuento se explica la araña de la capacidad de tejer su tela.

En su composición, el artista vuelve la vista atrás a sus bodegones, donde dos áreas diferentes y dos aviones de la realidad equilibrio entre sí. La escena cotidiana en primer plano muestra una habitación amueblada claramente que las mujeres están en el trabajo de hilado. En la caída de la luz del sol desde arriba evoca una compleja gama de colores. A la izquierda, una anciana que está en la rueda de hilado, mientras que la joven mujer sentada a la derecha es sinuoso hilo. Una de las figuras de jóvenes desnudos de Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixtina ha sido identificado como el modelo de su actitud. Velázquez expresa su brillante inmediatez con la industria, que parece se mezclan los zumbidos de sus molinos con los cambios de color en la luz. Otras tres mujeres son lo que más lana y la clasificación a través de los restos. La escena puede reflejar la disposición de la Real Fábrica de Tapices de Santa Isabel en Madrid.

Existe una segunda sala en el fondo, en una alcoba alcanzado por pasos. Es inundado de luz y contiene varias mujeres vestidas elegantemente. La mujer de la izquierda lleva un casco antiguo y con su brazo se planteó una cifra de Athena. Frente a ella - ya sea realmente en la sala, o parte de la imagen en el tapiz en la pared trasera? -- Se encuentra el joven Arachne, que ha cometido el acto sacrílego de comparar su habilidad en el tejido con la diosa. Ella ha iniciado su competencia con un tapiz que muestra uno de los amores de Júpiter, la violación de Europa. Velázquez toma prestado el tema de este tapiz de un famoso cuadro de Tiziano, también existentes en una copia de Rubens, para mostrar su veneración artística para el maestro veneciano.

Alrededor de 1636 Rubens había pintado una versión de la misma historia de la Torre de la Parada, que muestra el castigo de Arachne, cuando ella se convirtió en una araña. Velázquez omite este detalle, en lugar tratar a los rivales casi como iguales. En comparación con el peso de los símbolos en la escena de fondo, que muestra la simple labor de la mujer en primer plano monumental con dignidad, es la base de la técnica sin la cual no podría diosa practicar su arte. Esta interpretación es todavía relevante si Velázquez, de hecho, ha representado las cifras de Athena (ahora encubierta, pero con su pierna desnuda shapely indicando su belleza atemporal) Arachne y una segunda vez en las cifras de la anciana y la joven mujer en primer plano. Aquí, por lo menos, Velázquez ha trasladado la mitología a la realidad cotidiana. Sin embargo, existe toda una serie de significados posibles debajo de la superficie de esta pintura, y los académicos son aún más desconcertante que algunos de ellos hasta el día de hoy.

El lienzo fue dañado por un incendio en el Alcázar (1734) y una sección superior se añadió.

Las Meninas o La familia de Felipe IV



Las Meninas or The Family of Philip IV
1656-57
Oil on canvas, 318 x 276 cm
Museo del Prado, Madrid

"Las Meninas" es una palabra portuguesa nombre utilizado para el baño de empleada de Honor de la Real de los niños en el siglo 17.

Las Meninas o La Familia Real es uno de los grandes problema de las imágenes en la historia del arte. Un número casi infinito de las interpretaciones han sido propuestos para la escena que muestra. A primera vista, sin embargo, Las Meninas parece presentar ningún problema en absoluto, y, de hecho, parece muy sencillo en su sobria geometría y el buen humor de la claridad.

Se trata de poner en una habitación en el Alcázar, equipado por Velázquez como un estudio, y muestra la heredera al trono, la infanta Margarita, con su corte. Palomino nombres de todos los presentes. La reina de la limpieza del honor, Doña María Agustina Sarmiento, una de las meninas, está arrodillado a los pies de la infanta, la entrega de ella una jarra de agua. La otra camarera de honor, Doña Isabel de Velasco está detrás de la princesa, y junto a ella vemos la grotesca enano deforme mujeres-Mari Bárbola y el enano masculino Nicolasico Pertusato; este último, como señala Palomino, está poniendo el pie en el mastiff Tumbado en la parte delantera del grupo para demostrar la aletargada buen temperamento del animal. Más atrás, casi devorada en las sombras, son sólo un hombre descrito como guardadamas - un guardia o escolta a las señoras - y en espera de la dama Doña Marcela de Ulloa.

Velázquez está de pie con pincel y paleta delante de un lienzo de altura, lo podemos ver sólo la parte de atrás del mismo. Hay algunas grandes cuadros que cuelgan en la pared trasera de la sala. Dos de ellos fueron pintados por Velázquez del yerno, Mazo, de las modelos de Rubens, y muestran escenas de la Metamorfosis de Ovidio, uno de ellos una versión de la pena de Arachne. Los padres de la princesa, el rey y la reina, aparecen en un marco oscuro debajo de estas fotos, probablemente el vidrio de un espejo. A la derecha del espejo, en un vuelo de los pasos conducentes a una puerta y una luminosidad de la habitación colindante, se encuentra José Nieto, la reina del palacio de mariscal.

Hay varias preguntas básicas que se les ha pedido una y otra vez sobre esta imagen. ¿Qué es la pintura de Velázquez en el frente de la lona que se esconde de nosotros? ¿De dónde le de pie a fin de pintar la escena, y él mismo en ella? ¿Cuál es la fuente de la imagen en el espejo - es decir, sólo cuando en la sala de la real pareja debe haber sido por su permanente reflexión a aparecer? Y por último, ¿hay algún significado en el hecho de que la cruz roja de la Orden de Santiago es destacado aplicado a la ropa de artista?

Se cree que a largo Velázquez fue la creación de una imagen sin ningún tipo de especulación metafísica o de referencia, y la grabación no es más que un fugaz momento en forma permanente, como si de una instantánea. Según esta teoría el sujeto no es más que una simple escena de la vida de palacio.

Otra hipótesis es presentada por los historiadores del arte, que creen que el intelecto y la gran perspicacia, así como del artista de ojos y parte, han participado en la pintura de Las Meninas. El mayor número de interpretaciones se han presentado para el espejo en la pared trasera, a veces también piensa que ser un lienzo pintado. Mucho aprendí la industria también se ha aplicado a la cuestión de la ubicación: en la sala en la que el palacio está teniendo lugar esta escena?

A pesar de los enigmas escondidos en la pintura de Las Meninas, no debemos pasar por alto su maestría artística, en particular tal como se expresa en la figura de la infanta Margarita rodeada de la gente de menor natalidad. Porque fue en el que la princesa dinásticas esperanzas de los Habsburgo español descansado después de la muerte del príncipe Baltasar Carlos.

La Rendición de Breda (Las Lanzas)



The Surrender of Breda (Las Lanzas)
1634-35
Oil on canvas, 307 x 367 cm
Museo del Prado, Madrid

En 1630 el conde-duque de Olivares, decidió iniciar un pródigo programa de visualización artística de la construcción de un nuevo palacio de placer en la frontera oriental de Madrid, que llegó a ser conocido como el Buen Retiro. Aquí juega y espectáculos teatrales pueden llevarse a cabo, torneos y jousts se organizaría, y la pintura, la escultura, el tapiz y se muestran. A partir de 1630 con una modesta renovación de la Real apartamento en San Jerónimo, el proyecto se amplió en 1632 y de nuevo en 1633, que culminaron en un importante complejo de edificios rodeado de enormes jardines adornados por fuentes, callejones ermita y capillas. Una vez que la estructura se terminó, Olivares frente a la gigantesca problema de la decoración del nuevo palacio, un problema que se resolvió por cientos de fotografías de Italia y Flandes y por encargo, como muchas obras de artistas locales, ya que pueden pintar. En cuanto a las obras de los artistas reales y sus discípulos, la decoración del Retiro fue el mayor caso de los 1630s y, por tanto, es un microcosmos de los tribunales durante la década de pintura.

El Salón de Reinos es la principal sala de ceremonias en el Palacio de Buen Retiro. Español decoración de palacio durante el reinado de Felipe IV tienden a ser poco programada en comparación con el italiano ejemplos. Sin embargo, las pinturas en el Salón de reinos, ejecutado en 1634-35, ofrecen una excepción a la regla, por su cuenta el duque de Olivares y sus asesores inventó un coherente, de ser sencillo programa diseñado para ampliar el poder de la monarquía española.

El principal elemento son doce pinturas de importantes victorias militares del reinado de Felipe IV, que demuestran la invencibilidad de las armas españolas. Estos se complementan con diez escenas de la vida de Hércules, que fue reclamada por los Habsburgo de España (y prácticamente todos los demás gobernantes de la casa de Europa) como el antepasado fundador de la dinastía. El componente final es un grupo de retratos ecuestres de Felipe III y Margarita de Austria, Felipe IV e Isabel de Borbón, y el heredero, Baltasar Carlos, que encarna la idea de la legitimidad y la sucesión dinástica. De los 27 cuadros la mayor parte fue a Francisco de Zurbarán, quien pintó las escenas de Hércules y la Defensa de Cádiz. Velázquez obtuvo los cinco retratos ecuestres y de la Rendición de Breda. Vicente Carducho obtenido la comisión de tres batalla de pintura, mientras que su alumno Félix Castelo se adjudicó uno. Eugenio Cajés y sus asistentes y seguidores se les dieron cuatro temas. Las dos obras restantes cayó en manos de Juan Bautista Maino y Antonio de Pereda.

Fue en 1625, diez años antes de este cuadro fue pintado, que Justin von Nassau, el comandante de Breda, que se entregó a la ciudad el genovés Ambrosio Spinola, comandante de las fuerzas españolas. Breda es una de las fortalezas fronterizas de los Países Bajos, una base militar que ha sido durante mucho tiempo una manzana de la discordia, alternativamente incautados por los españoles o devuelto a los Príncipes de Orange. Después de un largo asedio Spinola aprendido de una carta interceptada que los acusados se encontraban en situación desesperada, corto de los dos equipos y alimentos, y por lo tanto, propone que von Nassau debe entregar libremente en vez de continuar con el derramamiento de sangre. La propuesta fue aceptada y el ejército se retiró en buen orden, de mantenimiento de sus bienes y de algunos de sus armas. Los ciudadanos no sufrieron ningún daño en absoluto. Esta victoria fue uno de los últimos triunfos logrados por España en el período en que se le representó una gran potencia mundial, y es también uno de los casos en los que la multa humanismo prevalece incluso en tiempos de guerra.

El principal problema de una historia de la pintura con un gran número de cifras es la cuestión de cómo manejar las escenas de multitudes. Velázquez inicialmente aborda esta dificultad dividiendo la imagen en dos niveles avión - un mayor ámbito de acción en la que el acto principal está representada como en un escenario, y debajo de él un espacio en el que podemos ver la ciudad y puerto de Breda y el mar . El escenario-al igual que la situación se ha vuelto a destacar por diversos elementos adquiridos. Los dos jefes militares - el comandante de Breda derrotó a la entrega de las llaves de la fortaleza a la comandante español Spinola - son inmediatamente identificables como los protagonistas, porque la vista se abre detrás de ellos hacia el fondo otra cosa escondida, mientras a la derecha y la izquierda las respectivas Séquito militar se agrupa etapa como extras. Sin embargo, Velázquez no represente a ellos como soldados anónimos. Entre el grupo de españoles vencedores blandiendo sus lanzas, podemos hacer a cabo tal como muchas expresiones individuales de agotamiento como podemos entre el dimitido grupo de soldados derrotados holandeses.

Se cree que la composición de la imagen contemporánea deriva de un libro de ilustración de la Biblia, y esto es indudablemente cierto en el caso de las dos figuras centrales de los comandantes. En su coloración - el marrón masas de los caballos, el azul y el rojo prendas de los soldados - que vemos la influencia de la pintura veneciana, especialmente la de Tintoretto.

Villa Medici



Villa Medici, Grotto-Loggia Façade
1630
Oil on canvas, 48 x 42 cm
Museo del Prado, Madrid

Aunque Velázquez disfrutado de la vida en Roma durante su primera visita a Italia, que temía el calor de verano en la ciudad, y, en consecuencia, en mayo de 1630 se retiró durante dos meses a la aislada Villa Medici, que es también un lugar ideal para le permitan llevar a cabo sus estudios de La antigüedad clásica. En este sentido, produce dos pequeños paisajes de sorprendente originalidad, que representa los aspectos de los jardines de la Villa Médicis.

Durante la década anterior, algunos artistas en el norte de Roma comenzó a sacar fuera de las puertas, a continuación y la ampliación de la práctica de la antigüedad que representan los sitios por ponentes de iniciado el siglo XVI. Velázquez es poco pinturas se derivan de los plein aire dibujos de artistas tales como Paul Bril y Bartolomeus Breenburgh. Sin embargo, parece haber sido una de las primeras pinturas realizadas en el lugar en vez de en el estudio. Velázquez se apropia de la técnica de dibujo alusivo a crear casi palpable efectos de la luz y la atmósfera. Curiosamente, nunca fue de nuevo a pintar un paisaje puro, y por lo tanto esas notables imágenes puede ser interpretado como otro ejemplo de prácticas experimentales realizadas en Roma con el fin de ampliar sus horizontes artísticos.

Infanta Doña María, reina de Hungría



Infanta Doña María, Queen of Hungary
1630
Oil on canvas, 60 x 46 cm
Museo del Prado, Madrid

When the Infanta Doña María, daughter of Philip III and Queen Margarita, set out for Vienna in December 1629 to meet the husband who had been chosen for her long before, the king of Hungary, later Emperor Ferdinand III, her journey included a stay of several months in Naples in 1630. Velázquez made haste to Naples to portray his sovereign's sister', who was famous for her beauty. He worked with the utmost care to emphasize the enamel-like smoothness of her fine features. Every detail, for instance the typically protuberant Habsburg lower lip, shows a striking similarity to the living model. The delicate carmine of her lips, the beautiful Titian shade of her hair, depicted in relaxed brushstrokes with dark brown shadows and bright yellow highlights, all display the artistic skill now at the command of Velázquez in his harmonious combination of state splendour with the individuality of his sitter.

The carefully modelled face in this head-and-shoulders portrait was to serve as the basis for several full-length portraits of the Infanta, workshop copies that may have been intended as gifts to royal residences abroad.

Estudio para la cabeza de Apolo



Study for the head of Apollo
1630
Oil on canvas, 36,3 x 25,2 cm
Private collection

Se trata de un estudio preparatorio de la cabeza de la figura principal, Apolo, en la Forja de Vulcano

La forja de vulcano



The Forge of Vulcan
1630
Oil on canvas, 223 x 290 cm
Museo del Prado, Madrid

Las imágenes producidas Velázquez en Italia incluye la gran Forja de Vulcano. El dios del fuego y sus colaboradores están trabajando rojo-caliente pieza de metal en la forja, que es de color gris con polvo, y otro oficial está haciendo un traje de armadura knightly, su materialidad se muestra con un toque magistral, cuando el dios Apolo de La luz hace su entrada, y no como el joven héroe en una farsa provinciales - aún radiante como su apariencia puede ser, que aporta Vulcan indeseables noticias: en este mismo momento, como sabemos por la mitología, la esposa de Vulcano Venus es mantener una amorosa tryst con Marte , El dios de la guerra.

El medio desnudas cifras, que se muestra en tonos carne ricamente con educación y no, como en el Baco, presionado junto, de un denso grupo, se representan en las posturas notablemente influenciado por siglo XVI maestros italianos. A pesar de las grandes áreas en colores terrosos son todavía reminiscencias de Caravaggio, el mayor vigor de la brushwork y el rojo de la túnica Apolo, que está teñido de luz, los modelos sugieren ahora admirado por Velázquez: Tintoretto, el maestro veneciano de color, y, en particular, Tiziano.

The Forge of Vulcan
1630
Oil on canvas, 223 x 290 cm
Museo del Prado, Madrid

El triunfo de Baco



The Triumph of Bacchus (Los Borrachos, The Topers)
c. 1629
Oil on canvas, 165 x 225 cm
Museo del Prado, Madrid


Velázquez pintó este cuadro de Baco rodeado por ocho bebedores de Felipe IV, que se colgó en su dormitorio de verano. La pintura no sólo es única en su obra, pero es muy poco frecuente en la pintura española en su conjunto, que no suelen tener la potable escenas tan familiares en la pintura flamenca y neerlandés. La embriaguez se consideraba en España como un despreciable vicio y "borracho" (borracho) fue el más mordaz de los insultos. En la corte real, que parece que se han considerado muy entretenida invitar a los bajos perpetua de la comedia y teatros inebriate ellos para la diversión de las damas. Pero, ¿qué clase de Dios es este vino que vemos, coronando a sus seguidores con hiedra, dijo que se enfríe el calor del vino, y los campesinos que consorting con sonrisa de la pintura y encontrar claramente el espectador, es decir el rey, un De hecho, la vista muy gracioso? La autoridad del dios cuya presencia placeres les da una sensación de majestuosidad también. Y en vista de la deliciosa parodia de la real honores en la que Baco es indulgente, ellos también se han convertido los cuadros y se ríe en la cara de aquellos que se ríen de ellos.

Como antes de él sólo Caravaggio, Velázquez ha retratado Baco (Dionisos o más bien), como el Dios de la máscara, el teatro y el disfraz.

Se pensaba en el siglo XIX que se trataba de una escena realista que muestra un país festival, y la imagen se le dio el título de El Topers. La pintura fue dañado en el incendio que destruyó el palacio real en Madrid en 1734, y la mitad izquierda de la cara de dios ha sido muy restaurada.
alemán a francésalemán a inglésárabe a ingléschino a ingléschino (simplificado a tradicional)chino (tradicional a simplificado)coreano a inglésespañol a inglésfrancés a alemánfrancés a inglésgriego a inglésholandés a inglésinglés a alemáninglés a árabeinglés a chino (simplificado)inglés a chino (tradicional)inglés a coreanoinglés a españolinglés a francésinglés a griegoinglés a holandésinglés a italianoinglés a japonésinglés a portuguésinglés a rusoitaliano a inglésjaponés a inglésportugués a inglésruso a inglés

Cabeza de una chica



Head of a Girl
c. 1618
Chalk drawing, 150 x 117 mm
Biblioteca Nacional, Madrid

Incluso en Sevilla, donde fue aceptado en el pintores gremio de San Lucas antes de que él tenía dieciocho y, a continuación, en 1620, abrió un taller de aprendices y empleados a sí mismo, Velázquez ya era embarcarse en el retrato, un camino que lo llevaría a un lugar Portraitists entre los principales en la historia del arte. Hay alrededor de la mitad de una docena de retratos existentes de muy diferentes personas de Velázquez 'período temprano en Sevilla, entre ellos dos delicados dibujos vibrante con la vida, mostrando ambos una niña y la fecha de 1618. Dado que muy pocos de los dibujos del artista auténtico han sobrevivido, estos dos son especialmente dignos de aviso.

La Adoración de los Reyes Magos



The Adoration of the Magi
1619
Oil on canvas, 203 x 125 cm
Museo del Prado, Madrid

Velázquez fue un alumno en el taller de Pacheco cuando éste inició su primera gran obra, La Adoración de los Reyes Magos. En sus primeras obras de Velázquez sigue siendo fuertemente influenciada por su maestro, estas imágenes también revelan una marcada búsqueda de la plasticidad en las cifras y el equilibrio entre los diferentes elementos de la composición. Él pintó La Adoración de los Reyes Magos en pesados, los colores oscuros y su falta de experiencia es evidente en la representación de los rostros. Los personajes principales se cree que son retratos: el rey es un joven libre autorretrato del artista, mientras que el rey de rodillas detrás de él tiene las características de Pacheco y la Virgen María los de la hija de Juana Pacheco, casado con Velázquez.

Y, sin embargo, la pintura es algo más que un mero ejercicio de un industrioso y talentoso alumno. Es cierto que no ha transmitido la calidad de los textiles en su disposición de los pliegues de las prendas de vestir, la composición es un poco incierto y las relaciones espaciales son de ninguna manera perfecta: sin embargo, la imagen del genio revela Velázquez como retratista. La Virgen se representa como un hermoso joven campesino andaluz, su cara lustrosa con orgullo materna, la infantil es bien observado, sin encantador toque de idealización, y las características de Balthasar son excepcionalmente realistas y digna de nota.
alemán a francésalemán a inglésárabe a ingléschino a ingléschino (simplificado a tradicional)chino (tradicional a simplificado)coreano a inglésespañol a inglésfrancés a alemánfrancés a inglésgriego a inglésholandés a inglésinglés a alemáninglés a árabeinglés a chino (simplificado)inglés a chino (tradicional)inglés a coreanoinglés a españolinglés a francésinglés a griegoinglés a holandésinglés a italianoinglés a japonésinglés a portuguésinglés a rusoitaliano a inglésjaponés a inglésportugués a inglésruso a inglés

Ancianas freír huevos



Old Woman Frying Eggs
1618
Oil on canvas, 101 x 120 cm
National Gallery of Scotland, Edinburgh

Esta pintura es una de las varias escenas de género a principios de Velázquez para el que no existen precedentes conocidos en Sevilla. Usando un poderoso, centrado luz, en sí una novedad, Velázquez crea un tour de force de la pintura naturalista en la que diferentes formas, texturas, superficies y se trajo a la vida milagrosamente.

The Old Woman freidora Huevos muestra un cocinero ancianos sentados frente a un pequeño buque de arcilla en la que se está cocinando los huevos en un fuego de carbón. El ojo del artista se ha observado y registrado cada detalle revelador, a la delgada sliver de carbones incandescentes que caliente los huevos que están ausentes-mindedly tendido por la mujer. La multa desgastado, pero las características de la cara, debajo de la confianza de la pintura del velo en la cabeza, dan testimonio de una vida bien vivida. Hay una grave, la calidad de meditación sobre la figura de la mujer y el niño con el melón bajo el brazo y una jarra de vino en la mano se ve fuera de juego a nosotros con gravedad comparable. El contraste de la juventud y la edad transmite la transitoriedad de la vida, y el huevo en la mano de la mujer sugiere asociaciones, familiares en el momento, con la mutabilidad de todo asunto terrenal y con otra vida más allá de la tumba. El fondo es oscuro y indistinto, en contraste con las a menudo atestadas orígenes de la cocina holandesa escenas.

Una característica interesante de este cuadro, el tema principal de los cuales es la cocción de los huevos en una olla de arcilla, es el melón honeydew con un cable arrojado cruz a su alrededor, lo que se parecen orbe imperial.

El desayuno



Desayuno
c. 1618
Oil on canvas, 108,5 x 102 cm
The Hermitage, St. Petersburg

El desayuno es entre los primeros bodegones de Velázquez, pintada poco antes del final de su aprendizaje, en 1617 o en el comienzo de 1618. Se concentra con especial intensidad en la caracterización individual de los hombres, que se muestra medio cuerpo y tres cuartos de duración, y son de diferentes edades. La frugalidad de su comida, evidentemente, no menoscaba el disfrute de la vida. La composición presenta una vista desde arriba de sus expresivos rostros y las manos, el mantel, y de la materialidad física de los alimentos y bebidas.

Velázquez no pintó abundante cantidad de vituallas, pero la dieta frugal de la gente sencilla: hay ajo sobre tablas en su bodegones, con el pescado y los huevos, budín negro, aceitunas y berenjenas, queso, el vino hecho en casa y algunos frutos, junto Con utensilios de cocina, como un mortero, un tazón o una jarra de cerámica. Estos Spartan todavía-la vida y los personajes representados con realismo mostrado en tales entornos, las personas con un aura de grave silencio incluso cuando están pintadas en la acción, transmitir un sentimiento de autosuficiencia que parece emanar de la abajo-a-tierra de la filosofía El hombre ordinario en la calle.

Hay otra versión de este cuadro titulado Campesino en el cuadro en el Museo de Bellas Artes de Budapest.

Sus ultimas obras

Durante los últimos años de su vida, Velázquez trabajó no sólo como pintor de corte, sino también como responsable de la decoración de muchas de las nuevas salas de los palacios reales. En el año 1649 regresó de nuevo a Italia, en esta ocasión para adquirir obras de arte para la colección del rey. Durante su estancia en Roma (1649-1650) pintó el magnífico retrato de Juan de Pareja (Museo de Arte Metropolitano, Nueva York), así como el inquietante y profundo retrato del Papa Inocencio X (Galería Doria-Pamphili, Roma), recientemente exhibido en Madrid. Al poco tiempo fue admitido como miembro en la Academia de San Lucas de Roma. Su elegante Venus del espejo (National Gallery, Londres) data probablemente de esta época. Las obras clave de las dos últimas décadas de la vida de Velázquez son Las hilanderas o La fábula de Aracné (1644-1648, Museo del Prado), composición sofisticada de compleja simbología mitológica, y una de las obras maestras de la pintura española, Las Meninas o La familia de Felipe IV (1656, Museo del Prado), que constituye un imponente retrato de grupo de la familia real con el propio artista incluido en la escena. Velázquez continuó trabajando para el rey Felipe IV, como pintor, cortesano y fiel amigo hasta su muerte, acaecida en Madrid el 6 de agosto de 1660. Su obra fue conocida y ejerció una importante influencia en el siglo XIX, cuando el Museo del Prado la expuso en sus salas

Sus primeras obras

Las obras más tempranas de Velázquez, realizadas entre los años 1617 y 1623, pueden dividirse en tres categorías:
el bodegón (objetos de uso cotidiano combinados con naturalezas muertas),
retratos y escenas religiosas.
Muchas de sus primeras obras tienen un marcado acento naturalista, como La comida (c. 1617, Museo del Ermitage, San Petersburgo), bodegón que puede considerarse como la primera obra independiente del maestro. En sus bodegones, como el Aguador de Sevilla (c. 1619-1620, Aspley House, Londres), los magistrales efectos de luz y sombra, así como la directa observación del natural, llevan a relacionarlo inevitablemente con Caravaggio. Para sus pinturas religiosas utilizó modelos extraídos de las calles de Sevilla, tal y como Pacheco afirma en su biografía sobre Velázquez. En la Adoración de los Magos (1619, Museo del Prado, Madrid), las figuras bíblicas son, por ejemplo, retratos de miembros de su familia, incluido su propio autorretrato. Velázquez fue también un pintor conocido en los círculos intelectuales de Sevilla, uno de los cuales, la Academia de Artes, fue dirigida de manera informal por Pacheco. En dichos encuentros, tuvo la ocasión de conocer a personalidades de su tiempo, como el gran poeta Luis de Góngora y Argote (cuyo retrato, ejecutado en el año 1622, se encuentra en el Museum of Fine Arts, Boston). Esos contactos fueron importantes para las obras posteriores de Velázquez sobre temas mitológicos o clásicos.

¿Quien era ?

Velázquez, Diego de Silva (1599-1660), pintor español, máximo representante de la pintura barroca en su país. Nació en Sevilla el 6 de junio de 1599. Procedente de una familia burguesa sevillana, fue el mayor de seis hermanos. Entre 1611 y 1617 el joven Velázquez trabajó como aprendiz en el taller del que sería su futuro suegro, Francisco Pacheco, pintor manierista y autor de un importante tratado titulado El arte de la pintura (1649). Durante sus años de aprendizaje, Velázquez aprendió el naturalismo tenebrista imperante en su época, derivado del realismo italiano y del flamenco

Velázquez, Diego de Silva : Biografia

Velázquez, Diego de Silva (Sevilla, 1599-Madrid, 1660) Pintor español. Además de ser la personalidad artística más destacada de su tiempo, Velázquez es también la figura culminante del arte español, sin rival hasta los tiempos de Goya. Realizó su aprendizaje en Sevilla, en el taller de Pacheco, con cuya hija casó en 1617. Cuando todavía era un adolescente, pintó algunas obras religiosas (La Inmaculada Concepción, La Adoración de los Reyes Magos) con un realismo inusual y pronunciados efectos de claroscuro. A la misma época pertenece una serie de obras de género con figuras de prodigiosa intensidad y una veracidad intensísima en la reproducción tanto de los tipos humanos como de los objetos inanimados; entre otros ejemplos se pueden citar Vieja friendo huevos y El aguador de Sevilla. También por entonces pintó inusitados cuadros de temática religiosa ambientados en escenarios cotidianos, como Cristo en casa de Marta o Cristo en Emaús; de hecho, la capacidad de convertir las escenas religiosas en algo cercano y realista constituye una característica del barroco sevillano que Velázquez legó a otros artistas de su tiempo. Estas obras, de un estilo por lo demás muy distinto del de su época de madurez, le valieron cierta reputación, que llegó hasta la corte, por lo que en 1623 fue llamado a Madrid por el conde-duque de Olivares, valido de Felipe IV, para que pintara un retrato del rey; tanto gustó la obra al soberano que lo nombró pintor de corte. Comenzó así para Velázquez una larga y prestigiosa carrera cortesana, a lo largo de la cual recibió destacados títulos, como los de ujier de cámara y caballero de la Orden de Santiago. Desde su nombramiento oficial hasta el final de sus días pintó numerosos retratos de Felipe IV y de diversos miembros de su familia, a pie o a caballo. Se trata de obras de gran realismo y excepcional sobriedad en las que el magistral empleo de la luz sitúa los cuerpos en el espacio y hace vibrar a su alrededor una atmósfera real que los envuelve. Los fondos, muy densos al principio, se suavizan y aclaran luego, con el paso del tiempo. En los retratos femeninos (el de Mariana de Austria, por ejemplo), el artista se recrea en los magníficos vestidos, en los que muestra sus grandes cualidades como colorista. La culminación de su carrera como retratista es Las Meninas, considerada por algunos como la obra pictórica más importante de todos los tiempos. Hay que destacar igualmente las incomparables series de enanos y tullidos de la corte. Velázquez realizó dos viajes a Italia, uno en 1629-1631 y otro en 1648-1651. En ambos produjo obras importantes: La túnica de José y La fragua de Vulcano en el primero; los retratos de Juan de Pareja y de Inocencio X en el segundo; el del Papa es un retrato portentoso, dotado de una vivacidad, una intensidad y un colorismo excepcionales. Al genio sevillano se debe también una obra maestra de la pintura histórica, La rendición de Breda, pintada en 1634 para el Salón de Reinos del palacio del Buen Retiro de Madrid. El mérito de la obra reside en la ausencia del engolamiento habitual en los cuadros de temática histórica y en la plasmación de las facetas más humanas del acontecimiento; la composición admirablemente resuelta y la atmósfera de extraordinario realismo han hecho de esta obra una de las más conocidas del maestro. Artista prolífico, dejó también importantes creaciones de temática religiosa (Crucificado) y algunas de tema mitológico en clave cotidiana, como Los borrachos o Las hilanderas, ésta una de las obras capitales del artista por la perfección que alcanza en ella la perspectiva aérea. El tono de cotidianidad, de acontecimiento vivo, confiere a estas realizaciones un particular atractivo. De temática mitológica es así mismo la magistral Venus del espejo, el único desnudo femenino que pintó y uno de los pocos de la historia de la pintura española. Poco conocido fuera de España hasta el siglo XIX, hoy es considerado uno de los grandes genios de la pintura universal.

OBRAS:
La Inmaculada Concepción (h. 1618, National Gallery, Londres)
Vieja friendo huevos (1618, National Gallery, Edimburgo)
Cristo en casa de Marta (1618; National Gallery, Londres)
La Adoración de los Reyes Magos (1619; Museo del Prado, Madrid)
El aguador de Sevilla (h. 1620; Wellington Museum, Londres)
Cristo en Emaús (Galería Nacional de Irlanda, Dublín)
Sor Jerónima de la Fuente (1621; Museo del Prado, Madrid)
Felipe IV (1623-1626; Museo del Prado, Madrid)
Los borrachos o El triunfo de Baco (1628-1629; Museo del Prado, Madrid)
La fragua de Vulcano (1630; Museo del Prado, Madrid)
La túnica de José (1630; Monasterio de El Escorial)
Baltasar Carlos con su enano (1632; Museo de Boston)
La rendición de Breda (1634; Museo del Prado, Madrid)
Baltasar Carlos a caballo (1635; Museo del Prado, Madrid)
Pablillos de Valladolid (1635-1640; Museo del Prado, Madrid)
El Niño de Vallecas (1636-1640; Museo del Prado, Madrid)
Juan de Pareja (1650; Metropolitan Museum, Nueva York)
Inocencio X (1650; Galería Doria, Roma)
Venus del espejo (h. 1647-1651; National Gallery, Londres)
Las Meninas (1656; Museo del Prado, Madrid)
Las hilanderas (1657; Museo del Prado, Madrid)

Design konnio.com